jueves, 23 de junio de 2011
Declaradme culpable
Declaradme culpable. Me gusta el cine comercial, el cine de accion y en general cualquier pelicula que tenga por finalidad hacerme pasar 90 minutos de buen rato pegado a la pantalla.
¿Y a que viene esta declaración de intenciones?, pues a que el otro día, me encontraba navegando por la red, cuando encontré un artículo en un blog de cine que criticaban a machete las películas basadas en los libros de Dan Brown. Los argumentos esgrimidos son los ya manidos de siempre, que las sinopsis son ridículas, que no tienen rigor histórico, que copian ideas de escritores anteriores o que son productos artificiales que solo buscan ganar dinero.
Bien, y yo me pregunto, ¿cuál es el problema?, ¿es que acaso pensamos que todas las películas van a tener un guion sin lagunas, actuaciones y personajes memorables o que estarán basados en ideas nunca vistas?. Me parece muy utópico. Estoy cansado de ver como muchos críticos y pseudocríticos de cine juzgan la calidad de un producto mainstream con el mismo patrón para el que juzgan a la última película de Clint Eastwood. Yo, en mi humilde percepción del cine, juzgo a cada película basada en su finalidad y su género.
Me explico, hay películas que están destinadas a hacerte pasar un buen rato, a hacerte volar la mente y no hacerte pensar, generalmente mostrando un despliegue de acción o de efectos especiales abrumador. Cuando voy a ver una película con estas premisas, no le pido un gran guion ni una compleja dirección, ni le pido que sus personajes huyan de los tópicos. Simplemente le pido diversión, al igual que a una comedia solo le pido que me haga reír o que me deje una sonrisa cuando se levante el telón, aun cuando sea absurda. Si cumple con su finalidad es una buena pelicula, si no cumple, es una mala pelicula. ¿Simple no?, pues parece que no.
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